Las derechas se oponían porque decían que el lugar en la sociedad de la mujer era el hogar, y lo que se relacionaba con lo público era para el hombre.
Las izquierdas apoyaban la igualdad entre hombre y mujeres y defendían el derecho al voto femenino y a ser elegidas; pero algunos diputados republicanos dudaban de su conveniencia, ya que tachaban el voto echo por la mujer con una excelente conservadora.
Clara Campoamor, del Partido Radical, fue una de las grandes defensoras del derecho al sufragio femenino. A Clara lo que le hizo interesarse por la política fue un puesto de trabajo como secretaria del director en un periódico maurista "La Tribuna". A pesar de que sus ideas se acercaran al partido "PSOE" no perteneció a ningún partido se unía a asociaciones y defendía la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política.
Unas de las pancartas principales tenía como lema: "Somos mujeres que valemos por dos hombres".